Abrazados a la Biblia y suplicando que se detuviera, estas personas vivieron asustadas durante mucho tiempo debido a un fenómeno que continúa sin explicación. Según contaron, apenas se escondía el sol comenzaban a escuchar a alguien correr por las habitaciones y el techo, saltando hacia el patio.
Como si se tratara de una típica película de terror, una familia decidió abandonar su casa después de vivir diferentes experiencias que no los dejaba dormir. "Cuando se iba el sol empezaba el infierno", aseguró Mario, residente de la vivienda que se transformó en una pesadilla para él, su pareja Carina, y sus dos hijos.
Según relató, dicho inmueble era de los parientes de Carina y se fueron a vivir allí para establecer sus primeros pasos como familia. Sin embargo, no se imaginaban que lo que estaba por venir les quitaría el sueño, obligándolos a recurrir a videntes o parapsicólogos para intentar entender qué ocurría en ese lugar ubicado en Villa Mitre, Argentina.
Todas las noches se manifestaba una presencia, y cada vez que eso ocurría, "nos metíamos a la habitación los cuatros juntos y hasta el amanecer no dejábamos salir a los chicos ni para ir al baño: Teníamos terror", dijo Carina, según consignó La Nueva.
¿De qué se trataba este fenómeno inexplicable? Esta familia era atormentada por lo que aseguraron era un espíritu, el que corría por el techo y las habitaciones de la casa cada noche por causas desconocidas.
"No sabría decir por qué pasaba, pero recuerdo cómo empezó todo. Una noche escuchábamos ruidos, como si alguien corriese en el techo, y lógicamente pensamos que había algún ladrón. Prendí la luz del patio y salí, pero no había nadie", contó Mario.
Asustados por esto, llamaron a un vecino para que mirara en el techo y les dijera si es que había alguien. Pero recibieron un balde de agua fría cuando les comunicó que no veía a nadie. Y eso mismo sucedió varias veces.
Lo anterior fue vivido además por amigos que visitaron el inmueble, quienes incrédulos sobre esta situación, experimentaron el fenómeno en carne propia.
Para enfrentar este hecho, además de rezar y suplicar todas las noches junto a la Biblia, los afectados decidieron llevar un perro a la casa. De esa manera, el can apenas escuchaba los ruidos en el techo, comenzaba a ladrar desesperadamente.
"Eran los pasos de una persona y se escuchaba con tanta claridad que era imposible confundirse. Por suerte nunca vimos nada", agregó Mario.
Esta rutina continuó repitiéndose incansablemente. Incluso detallaron que se escuchaba cómo esta presencia corría y luego saltaba hacia el patio.
Fue así como una noche Mario decidió finalmente subirse al techo. "A pesar de estar arriba y no ver a nadie, se seguía escuchando cómo corrían sobre las chapas. Esa vez tuve terror y de hecho me tiré sin pensarlo. Esa noche decidimos abandonar la casa a las 2 de la madrugada y no volvimos nunca más", manifestó.
Al irse de la casa, esta familia nunca más experimentó esta temible experiencia.