El primer Año Nuevo sin Tommy Rey: El legado popular e íntimo contado por su familia - Chilevisión
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30/12/2025 19:55

El primer Año Nuevo sin Tommy Rey: El legado popular e íntimo contado por su familia

El cambio de año llega por primera vez sin Tommy Rey. Su familia abre el recuerdo de quien hizo bailar a Chile, pero que, en casa era reservado. “Él decía: ‘Ojalá que cuando me muera, me recuerden y vayan a verme”, cuentan a CHV Noticias.

Publicado por Javier Muñoz Díaz

Tommy Rey —o Don Tommy, como terminarían llamándolo algunos— fue primero un nombre inventado. Uno que no existía y que Patricio Fernando Zúñiga Jorquera aprendió a vestir y habitar con el tiempo, hasta hacerlo propio. Y aunque este Año Nuevo será el primero tras su muerte, su voz seguirá acompañando las celebraciones.

El apodo nació por sugerencia. El director de la orquesta Los Peniques, la misma que lo vio comenzar musicalmente, le recomendó dejar a un lado el nombre que le dieron sus padres ya que consideraba que “no tenía brillo para el mundo tropical”. 

Primero fue Tony. Sin embargo, con el tiempo decidió correr una letra en el abecedario y cambiar la “n” por dos “m”. “Yo no tenía cara de Tony”, declaró en algún momento con humor.

“Usted qué es fome”

Detrás de los trajes elegantes y brillantes, Patricio Zúñiga tenía sus matices. “Si decían que era el rey de la fiesta, no, no era el rey de la fiesta en la casa”, comentan con cariño desde su círculo familiar.

 Con un tono de nostalgia, su yerno Juan Lledó, esposo de su hija Mirna desde hace más de 25 años, lo recuerda como alguien de bajo perfil, pero que cambiaba cuando llegaba el minuto de poner sus zapatos sobre un escenario: “Se transformaba, dejaba la escoba siendo él tan tranquilo como tú lo veías. En la vida normal, cotidiana, era muy fome, era muy quitado de bulla”.

 “Yo siempre le decía, ‘ah, usted qué es fome’. ‘Sí -me decía- para qué, si yo hago bailar a la gente en los escenarios. Ahora estoy en la casa’”, destaca Juan en conversación con CHV Noticias.

Oriundo del límite entre San Miguel y Santiago, vivió su infancia en un cité cerca de la calle Milán en el paradero uno de Gran Avenida, un territorio de pasillos estrechos, pero de vida compartida. Solía jugar también alrededor del histórico Barrio Huemul y estudió en las instalaciones de lo que ahora es la escuela parvularia Nemesio Antúnez.

Hijo de un mueblista apasionado por el canto y la guitarra. Sus primeros acercamientos a la música llegaron desde su padre y de la radio. Aunque en su casa no tenían, salía a buscarla y escucharla en algunas casas vecinas.

Tommy Rey sentía que la cumbia era un ritmo simple si se le comparaba con el mambo o el chachachá, pero creía que lograba un fenómeno que los otros no: La gente salía a bailar de manera prácticamente automática al escucharlo.

Mientras él intentaba hacerse un nombre asistiendo a concursos radiales de la época, en el Chile de la década del ‘60 predominaba el twist, el rock and roll y artistas pertenecientes a la Nueva Ola chilena, como Luis Dimas, Los Ramblers, entre otros.

El país se alistaba para ser sede del Campeonato Mundial de Fútbol de 1962 y Tommy iniciaba su carrera musical acompañando a la orquesta Los Peniques, interpretando algunas canciones románticas y otras de Frank Sinatra.

La camisa planchada y zapatos brillantes

Tras una un conflicto financiero que terminó con la orquesta, accedió al llamado de los hermanos Palacios, grabó su versión del aclamado éxito Pobre caminante y luego integró junto a ellos la Sonora Palacios durante casi dos décadas.

Ese término fue, a la vez, el comienzo de la Sonora que llevaría su nombre y del camino que lo convirtió en el llamado “rey de la cumbia”, aunque también se autodefinía como “el rey de los nerviosos”, ya que lo inundaba un temor inhabilitante manejar automóviles. Hasta el final, fue su esposa Gloria quien lo hacía por él.

Esos mismos nervios llegaban antes de subir al escenario: Si una presentación estaba agendada para una hora, debía partir a esa hora. La espera no le gustaba.

Para Tommy Rey, el oficio se respetaba, por eso era impaciente con los retrasos, y cuidadoso con cada detalle. ”Le importaba que las ropas estuvieran perfectas, su humita, todo planchado y los zapatos brillantes”, subraya su yerno.

Ese compromiso irrestricto de alegrar a quien lo escuchara lo convirtió en uno de los cantantes más populares de Chile, aunque no exento de atravesar momentos complejos. Fue opositor al Golpe de Estado de 1973 y, aun así, aceptó ir a cantar a casas de militares. Su familia dice que no fue por adhesión ni conveniencia, sino por la convicción profunda de profesionalismo y defensa de su trabajo.

Otra muestra de aquello fue el 17 de septiembre de 1999, día en el que falleció su madre a los 93 años. Tommy y la Sonora tenían agenda copada, el país celebraba Fiestas Patrias y una multitud lo esperaba en una nueva edición de la Yein Fonda organizada por Los Tres.

Tommy salió del velorio sabiendo que iba a cantar con la pena más grande de su vida y con un nudo en la garganta. Subió al escenario e hizo lo que tan bien sabía hacer: Puso a bailar a miles de personas y, cuando terminó, regresó a velar a su madre.

Juan Lledó, que convivió con él y lo recibía en Santiago cuando Tommy viajaba desde su vivienda en la playa, también lo recuerda como alguien tranquilo, que “le gustaba estar en casa viendo sus cosas, su música y sobre todo música orquestada”.

En su baúl de recuerdos acumulaba fotografías con más de cien músicos, humoristas, animadores y otras figuras públicas: Desde Cecilia Bolocco hasta el popular “Clavel”. 

Y si no era la música, el espacio lo ocupaban las películas de su época. Sus favoritas eran las mexicanas y las de western. Sus colecciones con cintas de Clint Eastwood y de James Stewart lo convertían en un amante del cine clásico, pero también disfrutaba del trabajo de Cantinflas y de Chaplin.

 De comida, si a Tommy le servían arroz todos los días, estaba bien. Y si iba acompañado de un trozo de carne y una ensalada, era su plato perfecto. “Amaba el arroz, era extremadamente fanático por el arroz”, lo recuerdan.

Si estaba en un restaurante no le molestaba que la comida se enfriara por tomarse una foto con quienes se lo pedían. Desde el círculo más íntimo comentan que “hasta viejo se sorprendía de su popularidad”.

“Parece que he hecho las cosas bien”, cuentan que decía con una mezcla de orgullo tímido y con la mirada de alguien que ha vivido harto.

“Por primera vez cenamos con él en Año Nuevo”

 Si no eras parte de la Sonora o no ibas a una de sus presentaciones, pasar el Año Nuevo con él era prácticamente imposible. “No se podía, era muy difícil”, afirma Juan, detallando que en ocasiones tenía de tres a seis shows en una misma jornada. 

 Distinta suerte era con otras festividades. La familia sí disfrutó de Tommy en Navidad. Le gustaba decorar el árbol, poner luces a la casa y, en Nochebuena, cenar, dar regalos a los suyos, grabar y sacar fotos para la posteridad. Lo propio ocurría en celebraciones más íntimas, cantar para familia, en cumpleaños, matrimonios y bautizos, era un obsequio recurrente.

 Sin embargo, hubo un 31 de diciembre en que la historia fue diferente. Los vecinos del sector Diego Barros Ortiz con Av. Cuatro Poniente de Maipú todavía recuerdan la noche en que Tommy apareció afuera de sus casas, sin aviso, ni Sonora.

 Tenía un show programado para las 2:00 de la madrugada del 1 de enero, lo cual permitió que pudiera pasar tiempo con sus seres más queridos antes de la presentación. “Por primera vez cenamos con él, esperamos las 12 y nos dimos el abrazo. Pero partió Un año más y quedó la escoba”, recuerda su yerno.

 “Son quince, son veinte, son treinta…”: El sonido viajó en cosa de segundos y cruzó gran parte de la cuadra, los vecinos fueron saliendo de sus casas y la fiesta improvisada comenzó a tomar forma.

 Juan recuerda que en ese tiempo contaban con un buen equipo de audio en la casa, por lo que decidieron sacarlo a la calle. “¿Puedes ponerme el pendrive? Yo les canto”, decía.

 “Siempre andaba con su pendrive para todos lados. Ahí guardaba sus grabaciones nuevas y la música que le gustaba. Aunque a veces era gracioso porque estábamos en una fiesta y ponía música más lenta que un bolero”, recuerda Juan.

 La cumbia celebra el 2026 sin su rey

Su último año de vida fue complejo. Cumplidos los 80 años, una serie de problemas cerebrovasculares desencadenaron en él una depresión que lo llevó a repetir constantemente la frase “me voy a morir”.

Aunque la banda seguía funcionando y él cantaba con un registro intacto, hubo tensiones internas que lo habrían afectado. Se enteró —al oír por error una llamada telefónica— de la intención de sus músicos de cambiar el nombre de la Sonora y de otras decisiones tomadas a sus espaldas. Falleció el pasado 26 de marzo.

“Don Tommy quedaba con mucha angustia porque sus colegas, sus compadres de toda la vida, le estaban haciendo eso. Querían ponerle a alguien cantando al lado y cambiarlo de a poco”, comenta Juan, quien actualmente es percusionista en la Sonora Tommy Rey el Gran Legado que lideran junto al hijo de Tommy, también conocido como Tommy Jr.

El 31 de diciembre de 2025 será el primer Año Nuevo en 80 años en el que no esté Tommy Rey en persona. Sin embargo, pasadas las 00:00, sin que el país se ponga de acuerdo, su voz sonará en cada una de nuestras 16 regiones.

Desde su familia sinceran que vivir estas fiestas sin él ha sido muy difícil y triste. Gloria Sáez (68) quien fue su compañera durante 43 años decidió pasar Navidad y Año Nuevo sola en el departamento. “No quería afectar la celebración de sus hijos, ni tampoco tenía ánimos de celebrar”, indican en su círculo.

“Cuando tú ibas a su departamento en Reñaca él podía estar sentado y tiraba sus tallas fomes, pero la verdad es que llenaba un espacio que hoy día tú vas y se siente que falta algo, como que te robaron el cuadro que estaba en primera plana en la muralla principal. Si tenías un árbol, ese árbol ya no está”, rememora su yerno Juan.

 Gloria atesora fotografías y reconocimientos en los distintos rincones del departamento en el que ambos vivieron hasta el último día juntos. Sin embargo, nada es suficiente ni se compara con lo que era tenerlo presente.

 Hoy siento más soledad que nunca, sólo tengo tus imágenes pero mi corazón está hecho pedazos, quisiera encontrarme luego contigo”, escribió a través de una publicación en su cuenta de Instagram.

En honor, desde el núcleo familiar liderado por Gloria se han esforzado por mantener vivo el nombre de la Sonora de Tommy Rey a través de la voz de su hijo Patricio Zuñiga Jr. y una nueva formación de músicos profesionales.

 “Si le ponemos de un 100, él canta un 70, 80 en similitud de voz, pero camina igual, toma el micrófono igual, se mueve igual. Nos vamos sorprendiendo día a día con las similitudes que tenía con su papá”, comentan desde la agrupación que busca recorrer el país alegrando a la gente y hacer bailar tal como lo hizo el Rey.

 Un camino que continúa, con una orquesta que ya cuenta con dos grabaciones de estudio y que proyecta realizar más de 15 presentaciones este verano. Tommy Rey sigue vivo, mientras se siga cantando cada uno de sus éxitos que se han convertido en la banda sonora del Año Nuevo en Chile.