La Compañía de Jesús informó ayer que El Vaticano anuló de forma inapelable la decisión de la orden Jesuita de restringir del ejercicio sacerdotal y expulsar de sus filas a Berríos.
El sacerdote Felipe Berríos publicó este miércoles un comunicado en el que se refirió por primera vez al Decreto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, emitido desde el Vaticano, que dejó sin efecto las sanciones en su contra y le permitió volver a la Compañía de Jesús.
Cabe recordar que su salida de la congregación ocurrió tras una investigación por presunta agresión sexual contra una mujer. A principios de diciembre, la Corte de Apelaciones dictó su sobreseimiento total y definitivo por la prescripción de los hechos.
"Hoy, tras vivir un proceso de profundo dolor, de soledad, de reflexión, (...) la verdad me ha hecho libre", expresó. "El Vaticano me ha liberado de toda responsabilidad respecto de los hechos por los que se me acusó y fui condenado por la Compañía de Jesús", agregó Berríos.
Junto a ello, también sostuvo que “llevo más de 3 años cargando con el estigma de haber cometido delitos de connotación sexual que nunca cometí (...) y siendo atacado sin piedad por la Fundación para la Confianza y sin misericordia por la propia Compañía de Jesús”.
Sobre el decreto, Felipe Berríos planteó que “es categórico en sus razonamientos y conclusiones: analiza, detalladamente, uno por uno los cargos y los desestima por ausencia de lógica interna y externa, por sus vacíos argumentales y por ausencia de elementos de corroboración suficientes”.
Luego anunció que retomará sus labores como sacerdote: "Continuaré poniendo en práctica su palabra (de Jesús), tal como lo vengo haciendo desde mis 20 años en que entré a la Compañía de Jesús y más ahora que este Decreto me rehabilita para el ejercicio del sacerdocio".
Finalmente, Berríos hizo un llamado a que "los delitos de connotación sexual, por su gravedad, sean siempre denunciados, investigados con rigor, con seriedad, con apego a la ley y sin farandulización".
"En mi caso ha ocurrido todo lo contrario y el prejuzgamiento y la obcecación han sido feroces, tanto así que la Compañía de Jesús, que fue mi casa por décadas, incluso hoy ante la evidencia irrefutable de mi inocencia persiste empecinadamente en sancionarme por cualquier vía", cerró.