La justicia nipona condenó a Takahiro Shiraishi por darle muerte a nueve personas de entre 15 y 26 años en 2017.
Este viernes, la justicia de Japón ejecutó a Takahiro Shiraishi, hombre de 34 años acusado de matar y descuartizar a nueve personas en su departamento en Tokio.
Su caso estalló en 2017 y en el país nipón era apodado como "el asesino de Twitter", ya que a través de esa red social contactaba y atraía a sus víctimas, siempre que estas manifestaran conductas o pensamientos suicidas en línea.
En total, dio muerte a ocho mujeres y un hombre -de entre 15 y 26 años- entre agosto y octubre de dicho año. Luego, ocultó sus cuerpos en su domicilio en Zama, Kanagawa.
La defensa de Shiraishi intentó a toda costa evitar la pena capital, argumentando que él tenía el "consentimiento tácito" de las víctimas para quitarles su vida, citando a los supuestos chats que mantuvo con ellas.
Sin embargo, esa tesis habría sido desmontada tomando en consideración los testimonios del propio Shiraisi. ¿La razón? Los fallecidos se habrían resistido a los estrangulamientos, forma en que los mató.
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Sumado a eso, los robos en dinero y agresiones sexuales a las víctimas, reportadas por NHK y la agencia de noticias Kyodo, no habrían hecho más que hacer más difícil sostener dicho punto ante los tribunales.
Es más, durante el juicio y antes de conocer la sentencia, el imputado aseguró no tener intención de apelar, incluso si era pena de muerte.
El "asesino de Twitter" fue ejecutado en un centro de detención de Tokio donde se encontraba recluido. Se trata de la primera persona en recibir la pena capital en Japón desde julio de 2022 y del n.º 105 en total.