“Salió a dispararme y le mandé dos ráfagas. (...) Doce disparos que lo dejaron en el suelo, con el brazo roto, y agónico buscando el arma para dispararme. Su sangre tenía un color horrible y un olor insoportable”, declaró.
Conocido como “Mamito”, vivió una vida marcada por su apellido. "Pero por el hecho de llamarme Manuel Contreras no he podido conseguir trabajo. Cuesta mucho tener que decir el nombre", declaró en vida.
Contreras fue un férreo defensor de su padre: "Pese a sentirme orgulloso, mi papá es un personaje de la historia de Chile que en este momento (está) muy mal y quizá más adelante muy bien".
En septiembre de 2008, además, publicó un artículo en una revista de militares retirados asegurando que la ciudadanía “no supo entender la verdadera gesta exterminadora del marxismo”.
“Cuánto he perdido, mis padres separados, mi padre en la cárcel, yo sin trabajo y sin poder titularme de abogado, completamente solo, sin pareja, no me he casado ni tengo hijos, sin médicos ni jubilación posible, y viviendo de mis padres”, expresó por aquel entonces.