A casi dos días del hallazgo de este cuerpo en un sector residencial de Ñuñoa, las indagatorias definieron una casa habitada por religiosas como lugar clave en el caso.
Al pasado 8 de abril se remonta el remecedor hallazgo de restos humanos en un sector residencial de Ñuñoa y que fueron dejados por un desconocido en plena vía pública. Suceso que provocó una intensa investigación y que mantiene a una religiosa como figura clave.
Remontándose al día en que se destaparon los hechos, cabe recordar que el cuerpo se encontraba dentro de una bolsa y en una maleta. Pero este elemento fue abandonado al frente de una casa ubicada en calle Los Talaveras.
Dentro de la bolsa se encontró una cabeza humana en avanzado estado de descomposición, pero también aparecieron distintas partes del cuerpo.
Con el paso de las horas, se dio a conocer un video clave en el hecho y que fue captado por cámaras de seguridad.
El registro habría capturado al principal sospechoso de abandonar la maleta con estas osamentas humanas.
Tal como se aprecia en las imágenes, este individuo llegó a bordo de un carro azul, más conocido como "torito", y sin despertar mayores sospechas, dejó los restos en la calle.
Por otro lado, y de la mano de las pericias correspondientes, se confirmó que los restos corresponden a una persona de aproximadamente 60 años o más, de sexo femenino y cuya data de muerte es de al menos seis meses.
Sin embargo, lejos de todo lo imaginado respecto de este caso, las indagatorias de la Brigada de Homicidios y Fiscalía ECOH, permitieron encontrar un domicilio clave en este deceso y en el que vivirían dos religiosas.
Este antecedente dio paso a un allanamiento de dicha casa ubicada en calle Los Jardines, a dos cuadras del hallazgo, y la posterior interrogación de una monja de 80 años en una unidad policial.
Por su parte, el periodista Sergio Jara expuso más detalles en Contigo en la Mañana y reveló el móvil que podría estar detrás de el abandono del cuerpo en descomposición.
Según dijo, la religiosa fue identificada como Lorena Patricia Ramírez, quien además tendría demencia senil, y que en su declaración habría indicado que la persona a la cual corresponderían los restos sería otra monja que vivió con ella tras la muerte de su esposo.
Respecto de la posible fallecida, se trataría de una monja de 60 años, quien hace algunos meses habría muerto producto de un cáncer que padecía.
Debido a su deceso y el impacto que habría causado en su compañera de fe, ésta habría decidido no sepultarla y mantener el cuerpo en condiciones no especificadas. Pero por motivos no indicados, y meses después del fallecimiento, se habría deshecho de los restos.
Además en un comienzo se reportó sobre el posible desmembramiento del cuerpo, lo cual podría ser descartado, ya que su estado correspondería al proceso de la descomposición natural del mismo.
De esa manera, según el periodista, se podría descartar preliminarmente un eventual homicidio. Aunque cabe mencionar que todos estos datos no han sido confirmados públicamente por la policía ni las autoridades pertinentes.