La Corte de Apelaciones de Concepción acogió el recurso ingresado por una adulta mayor de 90 años, quien reclama por los ruidos molestos del perro de su vecina en Hualpén. La acción judicial apunta a que la exposición constante a los ladridos de la mascota le ha provocado un importante daño psicológico. En un fallo unánime, el tribunal de alzada se pronunció y le impuso a la dueña del canino modificar su comportamiento e instalar un aislamiento acústico, argumentando estar cometiendo "violencia sorda".