La proliferación de armas de fuego entre bandas del crimen organizado es un lucrativo negocio para quienes las proveen a estos grupos, pero hay un mercado del que no existen mayores antecedentes: las municiones que utilizan en la ejecución de sus delitos. Un oscuro comercio de balas de todo calibre existe en Chile y nadie tiene certeza de donde provienen, si hay bandas que las importan o son de origen interno, pero lo cierto es que cada vez los delincuentes ostentan mayor poder de fuego.