La tripulante de cabina chilena que fue detenida en el aeropuerto de Nueva Zelanda tras ser descubierta transportando un litro de cocaína líquida entre sus pertenencias, rompió el silencio y entregó su versión de los hechos. La mujer de 33 años alegó su inocencia y aseguró que se trataba de un encargo para un desconocido acordado a través de un grupo de Facebook. Mediante un comunicado, la joven relató que al momento de su detención, “quedé en shock, había sido engañada y por primera vez en mi vida esposada y acusada de un delito”.