El vice fiscal de la nación, Lucas Furtado, alzó esta petición argumentando que si la situación del COVID-19 no es controlada en la población, podría causar repercusiones para la recaudación del erario público.
De esa manera, Furtado busca que tanto el presidente de dicho país y otros cargos, no intervengan en la gestión de la crisis del coronavirus. Apuntando además a todos quienes "se identifiquen como responsables de la inercia y omisión de la ejecución de las políticas públicas de salud en el combate de la pandemia de COVID-19", informa el portal brasileño G1.
El argumento planteado por Furtado es que si no se atiende adecuadamente a la población durante la pandemia, habrá repercusiones para la recaudación del erario público.
Lee también: Ex presidente peruano Martín Vizcarra no irá a la cárcel"No se puede discutir que toda la estructura federal de atención a la salud, con recursos financieros, patrimoniales y humanos, tendrá un perjuicio incuestionable para el erario si no cumple con su función de atender a la población en el momento de mayor y más flagrante necesidad", argumentó Furtado.
"Es inaceptable que toda esa estructura se mantenga inerte por disputas y caprichos políticos ante el sufrimiento de la población ante factores previsibles y evitables", añadió.
La petición se ampara en el Artículo 44 de la Ley Orgánica del TCU, que establece que se puede dictar la suspensión provisional de un responsable "si existen indicios suficientes de que en ejercicio de sus funciones pueda retrasar o dificultar la realización de auditoría o inspección, causar nuevos daños al erario o imposibilitar su resarcimiento".
Lee también: Lula le pide a Biden ayuda con las vacunas y no descarta candidatura presidencialAsimismo, Furtado pidió al TCU que reconozca "la legitimidad, la competencia administrativa y la autoridad" del vicepresidente, Hamilton Mourao, para nombrar a autoridades que gestionen estos ministerios.
En la última semana Brasil ha contabilizado más de 15 mil muertes por coronavirus, una cifra un 50% superior a las dos semanas anteriores. Es el segundo país del mundo en número de contagios (11,9 millones) y de muertes (290.000), solo por detrás de Estados Unidos.