Parecía una final que podría haber cerrado la espectacular presentación de Nicolás Jarry en el Abierto de Buenos Aires. Victorias sobre el legendario Stanislas Wawrinka y el Carlos Alcaraz lo enmarcaban como el posible campeón del torneo argentino.
Pero al frente estaba Facundo Díaz Acosta. Un joven de 23 años, 87° del ránking ATP, y con un sueño latente: ser campeón en casa. Hambre no le faltaba.
Todo comenzó de manera intensa en el primer set, cada uno ganando sus propios juegos. La desigualdad fue en el 2-2, cuando Jarry, abrumado por las condiciones atmosféricas y el público en contra, cedió su juego y le entregó la delantera a Díaz Acosta.
El ciclo siguió, pero el tenista nacional no pudo encontrar una nueva oportunidad para igualar la primera manga. Finalmente el argentino se quedó con el parcial por 6-3, con un pequeño lujo en el punto final.
Las cosas no podrían seguir peor para Jarry. Un par de tropiezos en el primer juego mientras servía fueron fatales para que fuese quebrado por su rival. Un comienzo de segundo set para el olvido con un 0-1.
La solidez de Facundo Díaz Acosta en casa, el apoyo de su público y el ambiente volvieron a pesar a Jarry en la segunda manga. Doble faltas seguidas y errores no forzados lo hicieron caer en una espiral que lo llevó directo a la derrota.
En el octavo juego las esperanzas comenzaban a llegar para el chileno, que estuvo a punto de quebrarle a su contendor. Lamentablemente la templanza y aguante de Díaz Acosta pudo más y siguió adelante en el parcial 3-5.
Jarry siguió peleando por el campeonato, ganando su juego y quedando 4-5 abajo. Pero Díaz Acosta quería su primer torneo a como dé lugar, y de un pestañazo, quedó en el décimo juego 40-0 mientras sacaba.
Jarry es top 20, y lo hizo saber en esta final. Salvó cinco puntos de campeonato del argentino. Pero hubo un sexto, y ese fue el definitivo. Game, set, match and championship para Facundo Díaz Acosta, el nuevo campeón del Abierto de Buenos Aires.
