Hace más de una década se promulgó la Ley Emilia, que aumenta las penas a conductores que causen accidentes de tránsito en estado de ebriedad. El primer año de vigencia de la norma hubo 152 víctimas fatales por esta causa. El año pasado la cifra bajó levemente a 129. ¿Qué pasa que los conductores no toman conciencia de los riesgos que implica esta conducta y siguen generando tragedias?