La mafia china detenida por la PDI en el Barrio Meiggs dejó al descubierto un novedoso sistema para mover dinero que obtenían mediante secuestros, extorsiones y venta de drogas desde Chile a China. Otra parte del botín estaba destinado a la corrupción de un carabinero activo, parte de la mafia, que avisaba cuando iban a ser fiscalizados por la policía.