Montserrat Velasco representa a Coquimbo y tiene un vínculo muy especial con la región. Tongoy es su lugar favorito, donde siempre veranea. A sus 24 años dice tener una personalidad única. El año pasado concursó en Miss Universo. Pero ahora, en Miss Mundo Chile, está entusiasmada en mostrar no solo su belleza, sino también un proyecto social, que nació en su familia y en el que ella tiene una activa participación.
Es publicista con Magíster en Marketing. Habla inglés, toca piano y dice cocinar muy bien. Le gustaría manejar su propia pastelería en la playa, un sueño pendiente que algún día espera concretar. Le encanta practicar deportes: sale a correr, hace pilates y entrena en el gimnasio.
Es hija del político radical Ernesto Velasco, exintendente de la Región Metropolitana en el gobierno del presidente Eduardo Frei. Un tema familiar que le afectó mucho fue la muerte seguida de parientes cercanos, una herida que la motivó a compartir su experiencia con otras personas.
Montserrat trabaja en la fundación “Mipacareu”, creada por su prima tras la muerte de su tío. “Ese momento difícil nos hizo ver lo importante que es el amor propio para salir adelante en situaciones de dolor. Hoy trabajamos para acompañar a mujeres que buscan reencontrarse consigo mismas y recuperar su autoestima”.
Representar a Chile en Miss Mundo es el gran sueño de Montserrat. Quiere ser un ejemplo de resiliencia y amor propio que traspase fronteras, compartir nuestra cultura y mostrar que los chilenos tienen una voz que inspira. Pero esta joven quiere también motivar a otras mujeres: “Mostrándome auténtica y cercana, compartiendo mi propia historia y recordándoles que no existe un camino perfecto”.
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