En un megaoperativo, Carabineros logró ingresar a un block de departamentos que era manejado por bandas de narcotráfico, los que habían fortificado como un verdadero búnker. Mantenían portones y ventanas blindadas, un centro de control de cámaras de seguridad y sofisticado equipo de transmisiones para enfrentar posibles operativos de la policía.