Emmanuel Macron se dispone a bajar del avión que lo trasladó a Hanoi, en Vietnam. De pronto, una mano aparece y le toma la cara. La mano es de su esposa, Brigitte. Una bofetada, dijeron algunos, un manotazo, otros. Una broma, explicó más tarde el propio presidente francés. Pese a ello, las palabras del mandatario no evitaron que las imágenes dieran la vuelta al mundo.