Se trata de una de las finalistas del reality de la edición del 2007, quien impactó con algunas de sus revelaciones de su experiencia en la casa-estudio.
Lunes 10 de julio de 2023 | 10:58
Mariela Montero ha participado en diversos reality show a lo largo de su vida, pero hubo uno en particular que la marcó significativamente. Se trata de Gran Hermano Argentina, programa que la catapultó a la fama.
“Fue una gran oportunidad para mí, un trampolín que supe utilizar, porque fue una experiencia muy fuerte”, comentó a Página 7.
“Es un juego netamente de estrategias. Siempre resisten hasta el final las personas que tienen una mentalidad más fuerte, de tener ese enfoque de llegar hasta el final”, relató.
La modelo fue parte de la casa-estudio en la edición 2007, donde terminó como una de las finalistas. Tras el estreno de la versión chilena de Gran Hermano, Mariela Montero recordó algunas de sus vivencias más icónicas.
Uno de los momentos más impactantes que vivió la ex participante fue la vez que decidió tomar alcohol para heridas con jugo durante una de las fiestas en la casa-estudio.
“Para las fiestas no te pasan mucho alcohol y quedábamos embalados. Teníamos un botiquín y ahí una botella de alcohol para curar heridas, así que lo vertimos en una jarra con hielo y jugo de naranja”, confesó.
Posteriormente hizo mención a las consecuencias de aquel peligroso acto: “Nos sancionaron. Fue algo de una sola vez. Al otro día me dolía a morir la cabeza”.
En aquel encierro también confesó que el hambre pudo más y debió hacer algo de lo que no se siente orgullosa.
“Me acusaron de robar comida porque uno de los chicos estuvo de cumpleaños y mandaron torta”, relató.
“Siempre está el que dice ‘después me la como’, entonces vi ese pedazo y me lo zampé. Pensé que nadie se iba a dar cuenta. No pensé que era tan grave, pero quedó la embarrada”, señaló.
Un momento divertido que también fue parte de su experiencia en el reality fue la vez que fueorn visitados por Chayanne, cuyo recibimiento lo dejó impactado.
“Lo veo entrar y tuve que mirar dos veces para reconocerlo. Salí corriendo a abrazarlo y todas nos pusimos a gritarle en su cara. Él se sentó y seguíamos gritándole”, recordó.
