Por Alejandro Sepúlveda Jara
“Esta mega sequía es la más prolongada, al menos, de los últimos mil años en la zona central de Chile”, señaló Duncan Christie, doctor en Ciencias Forestales y académico de la Universidad Austral de Chile e investigador del Centro del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2). El experto llegó a esa conclusión gracias a la dedroncronología.
Gracias a esta ciencia, encargada del estudio de los anillos de los árboles, se puede reconstruir el clima del pasado (paleoclimatología) como se realizó con especies milenarias como el ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis) en la zona central del país, recolectando datos desde el año mil en adelante.
“Si analizamos estos mil años de historia en la zona central de Chile (desde Coquimbo al Bío Bío) veremos que hay años tan secos como, por ejemplo, el 2019. De hecho, nuestros estudios coinciden con los registros instrumentales de la Dirección Meteorológica de Chile, sobre las sequías más extremas del siglo pasado en 1924, 1968 y 1998. Por lo tanto, podemos inferir que en promedio hay dos o tres eventos de sequía extrema, por siglo, en la zona central”, comparte el paleoclimatólogo.
Pese a estos casos de sequía extrema, lo que hace único al fenómeno que estamos padeciendo hace más de una década es su prolongación: “Esta sequía no tiene un análogo en los últimos mil años”, afirma Christie.
Sequías históricas
Este tipo de información permite que ambas ciencias crucen sus datos, como la historia con la paleoclimatología. Así, por ejemplo, el investigador cuenta que en “1540, año en que Pedro de Valdivia llegó al valle del Mapocho, fue muy seco con cifras de lluvias muy similares a 2019. Luego, en 1547, también hubo un gran déficit de precipitaciones lo que provocó muchos problemas”.
Otros episodios de sequía extrema fue en 1637 durante la Colonia y en 1863 en el sur de Chile. Fue tal el nivel de sequía en ese año que las autoridades de la provincia de Llanquihue aprobaron que se quemara el gran bosque de alerces, con 30 mil hectáreas, ubicado entre Puerto Montt y Puerto Varas.
Según las crónicas de la época, en 1716 no había agua para el abastecimiento en Santiago y, en 1742, se comenzó a construir el canal San Carlos, el cual trae agua del río Maipo al Mapocho. Esto, debido a la sequía extrema en la zona. Las obras terminaron 82 años más tarde, en 1825.
De acuerdo con el estudio de los anillos de los árboles milenarios, los períodos más prolongados de sequía sumaron cuatro, o a lo sumo, cinco años seguidos. En tanto, los años más secos registrados con instrumentos por la Dirección Meteorológica en Santiago son:
1924 66,3 milímetros
1968 69,2 milímetros
2019 82,0 milímetros
Atlas de la Sequía en Sudamérica
Además de este trabajo de investigación del CR2 que hemos detallado, hace poco se dio a conocer otro similar, pero más amplio geográficamente: el Atlas de la Sequía en Sudamérica.
Este estudio se concretó gracias a la colaboración de expertos de Chile, Argentina y otros países de Sudamérica y Europa, quienes trabajaron durante diez años. “Lo que hicimos fue reconstruir el pasado climático del sur de Brasil y Perú, además de Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile y Argentina. Este trabajo abarca desde el año 1600 en adelante. Es como un libro de 600 páginas, cada una es un año en particular en dónde se ve el mapa climático de estos países en su momento”, relata Duncan Christie, quien también fue parte de este trabajo.
Los especialistas reunieron información de 300 bosques (12 especies) desde la Amazonía hasta el Canal Beagle.
