Le habían anunciado que su próximo entrevistado sería Jorge Luis Borges, y a Juan Guillermo Vivado no le quedó otra que ponerse a estudiar.
En tiempos donde no existía Google ni internet, a Vivado no le quedó otra que recurrir a la vieja escuela: los libros.
Mientras se preparaba para la conversación, recuerda, se encontró con toda una figura. “Era un personaje muy talentoso como escritor pero no era muy querido por los argentinos porque él abominaba las costumbres masivas del asado, el chorizo, qué se yo… tenía una serie de cosas que lo hacían un tipo conflictivo", comenta en conversación con Nicolás Copano y Enrique Maluenda.
Aquel día del encuentro, sin embargo, se llevó una sorpresa.
“Me he encontrado con un hombre fascinante en términos de humildad y de modestia durante toda la entrevista. Incluso al final, cuando nos va a dejar a la puerta yo le digo: ‘Señor Borges no se imagina el privilegio que he sentido de poder estar con usted y lo agradecido que estamos de que nos haya recibido’. Entonces me dice: ‘Por el contrario amigo Vivado, ustedes han venido a poblar una tarde que para mí estaba vacía’”.
