Vecinos de Melipilla se indignaron al ver como un joven rompía el vidrío de un auto estacionado, sin duda, con intenciones de robar. Los transeúntes que "pillaron" al delincuente, redujeron al sujeto de forma inmediata amarrándolo con un cinturón, dando inicio a una brutal detención ciudadana.
Le amarraron los pies, con la correa y lo retuvieron mientras el hombre trataba de soltarse con desesperación, mientras el grupo de hombres se abalanzara con palos. El antisocial intentó agredir a los justicieros en reiteradas ocasiones, mientras se escuchaban algunas consignas como "¡Ahórquenlo!" y "¡Mátenlo!" y el miedo lo hizo pasar al delincuente de la rabia a la pena.
"Nunca más" gritó desesperado cuando recibió un golpe de mano en la cara. Una bofetada que, al parecer, le habría llegado hasta el alma por el llanto que le produjo, lágrimas que no convencieron a quienes vieron como intentó robar un vehículo. Práctica habitual para persuadir a las personas que pasan en plena calle y ven el singular "evento".
