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¿Los recuerdas? Los jurados más emblemáticos y extravagantes que pasaron por ¿Cuánto vale el show?

El respetable forma parte esencial del espacio televisivo para descubrir el talento de los participantes, quienes han recibido la bendición o el rechazo del jurado en su incursión en la televisión.

Miércoles 17 de septiembre de 2025 | 19:45

En la antesala del reestreno de ¿Cuánto vale el show? por las pantallas de Chilevisión, uno de los factores más importantes en el programa de talento es la agudeza y determinación para reconocer el talento por parte del jurado.

En sus más de cinco apariciones en diferentes años en la televisión, el respetable siempre ha cambiado para una mayor variedad, pasando desde artistas reconocidos, críticos implacables, hasta recordados invitados variopintos.

Los jueces más recordades de ¿Cuánto vale el show?

  • Ítalo Passalacqua

El recorado periodista y crítico de cine siempre fue uno de los jueces más "difíciles" de convencer para los participantes, llegando a asustar a varios de ellos con sus deslenguada y sincera opinión sobre su desempeño.

Sin embargo, hubo una ocasión en que el profesional de las comunicaciones fue sorprendido por un joven cantante de cumbia y le entregó su venia para continar en su carrera. Aquel cantante, Américo, terminó siendo uno de los referentes del género musical en el país.

  • Enrique Lafourcade

El galardonado y destacado escritor nacional, que pocas veces se veía sorprendido por alguna interpretación en el escenario, también fue una de las figuras más relevantes que integraba el jurado.

No obstante, el autor de Palomita Blanca no dudó en alabar la imitación de Stefan Kramer, comediante que en el año 2002 daba sus primeros pasos en el humor.

  • María Luisa Cordero, Dra. Cordero

La psiquiatra ya comenzaba a hacer ruido en televisión con su estilo directo y sin pelos en la lengua, lo que permitió que fuera parte también del jurado en ¿Cuánto vale el show?

Fiel a su estilo, la doctora dejó una huella en su paso por el programa de talento, dejando en claro que no era nada fácil de sorprender y que los participantes debían dar lo mejor de sí.