Después de leer las declaraciones del Dr. James Hamilton en el programa Tolerancia Cero de ayer domingo, por respeto a la verdad y al juicio que se forman los chilenos sobre lo denunciado en el programa, me siento ante el deber de afirmar lo siguiente:
Las declaraciones del Dr. Hamilton contienen palabras, intenciones o aun hechos totalmente falsos. A modo de ejemplo:
1. No es cierto que el proceso contra el sacerdote Karadima lo haya comenzado el primer denunciante el año 2003. Éste manifestó expresamente que no era su intención iniciar un procedimiento eclesiástico. Por lo demás, los procesos en la Iglesia no los inicia el denunciante, sino el Obispo, una vez concluida la fase investigativa.
2. Es totalmente falsa la intervención que el Dr. Hamilton me atribuye en la causa de nulidad de su matrimonio. Jamás intervine para que se le pidiera la firma de una declaración reñida con la verdad: ni esa declaración, ni ninguna otra.
3. Es del todo falso que la Sra. Jessica González, Ministra en Visita, afirmara en su sentencia, como palabras mías, que había pagado 500 millones de pesos para impedir la publicación de un libro que me calumniaba. Nunca he pagado dinero alguno para impedir la publicación de ningún libro. Por lo demás, nunca he tenido tanto dinero.
4. Es falso que yo haya enviado el resultado de la investigación a Roma, para “lavarme las manos” de la responsabilidad de emitir una sentencia contra el presbítero Karadima. Ocurrió algo diferente. Cuando el proceso en Santiago estaba a punto de concluir, presentó su denuncia en abril del año 2010 el cuarto denunciante. Este declaró que los hechos ocurrieron cuando era menor de edad. En esos casos, la única instancia competente es la Congregación para la Doctrina de la Fe. Toda la investigación tenía que ser enviada a Roma.
5. Falsa es la petición de una entrevista de Mons. Ricardo Ezzati al Gran Maestre de la Masonería, relacionada con este tema. Del todo equivocado es el juicio que emite contra un Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Cristián Contreras. En nada se ajusta a la realidad la relación que establece entre el viaje a Chile del Cardenal Bertone y esta dolorosa situación, etc.
Es verdad, sin embargo, que la investigación estuvo detenida, por falta de pruebas y de testigos, durante tres años: a partir del mes de junio de 2006 hasta que entregó su denuncia formal el tercer acusador en agosto del año 2009. La coincidencia de los relatos, independientes entre sí, mostró que las acusaciones eran verosímiles. Una consulta en Roma a comienzos de septiembre del año 2009 facilitó la prosecución del procedimiento de la Iglesia. El 18 de junio del año 2010 fue enviada la documentación al Vaticano. A la documentación agregué otras denuncias de personas que no habían querido declarar ante el promotor de justicia. Además, le pedí a la Congregación para la Doctrina de la Fe que levantara la prescripción de los hechos, para que dictara una sentencia conforme a toda la verdad y a la justicia. De inmediato se inició el Roma el proceso penal. A fines de ese mismo año se dictó la severa sentencia.
El camino seguido muestra que no ha habido ni complicidad ni encubrimiento alguno.
A Nuestro Señor Jesucristo, Buen Pastor, le pido por intercesión de Nuestra Señora de la Esperanza, que siga sanando con su misericordia las profundas heridas de quienes han sufrido aquí y en otras partes del mundo los abusos denunciados.
Santiago, 9 de septiembre de 2013
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
