Érika Olivera contó un doloroso secreto que remeció al país. La abanderada nacional en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro aseguró a la revista Sábado que fue abusada sexualmente desde los 5 años de edad por su padrastro de quien lleva el apellido.
La destacada atleta dijo que vivió una verdadera pesadilla durante más de 10 años periodo donde consigna que vivió "chantajeada" con lo que más amaba, el deporte.
Olivera aseguró que todo habría ocurrido en la casa donde creció en la comuna de Puente Alto, donde estuvo desde los 5 hasta los 17 años, junto a su madre y hermano. Ahí vivían junto a su padrastro pastor evangélico argentino Ricardo Olivera. "Debo haber tenido 5 años la primer vez que me abusó en el campamento (...) Él empezó mostrándomelo como un juego", dijo Érika en su confesión a la revista Sábado.
El cierre de su larga y exitosa carrera habría influido en la decisión de contarlo todo. Dos días después de haber sido seleccionada como la abanderada nacional en los próximos juegos olímpicos interpuso la denuncia por violación. "Simplemente para entregar el mensaje y decir, que a pesar de las cosas horribles que nos puedan pasar en la vida siempre hay una salida, siempre hay una luz que nos puede guiar", aseguró Érika Olivera en un contacto telefónico.
