La historia del joven se volvió viral debido a la emotiva reacción del abuelo.
Viernes 7 de enero de 2022 | 12:35
Alberto, un hombre de 76 años, recibió un inesperado regalo en pleno Año Nuevo ¿De qué se trata? Recibió un inesperado regalo de su nieto.
Según consignó el medio Todo Noticias, el hombre de la localidad argentina de General Pico se jubiló como mozo tras trabajar durante toda su vida y hace unos meses había enviudado. A pesar de todo su esfuerzo, nunca logró cumplir su sueño de tener su propio vehículo.
La sorpresa: Gonzalo, su nieto de 33 años, quien trabaja como empleado administrativo y en sus fines de semana como DJ, comenzó a ahorrar hace tres años para poder juntar el dinero y cumplirle el sueño a su abuelo.
El auto: Al abuelo siempre le llamó la atención los autos antiguos ya que los consideraba “irrompibles”. En ese sentido, justo un amigo le avisó al nieto que vendería su Renault 12 modelo 93 y decidió comprarlo y posteriormente, organizar una fiesta especial para Año Nuevo para sorprender a su abuelo.
“Mi abuelo enviudó hace dos meses, y no quería que se sintiera triste para las Fiestas. Por ese motivo alquilé una quinta para recibir el Año Nuevo en familia. Puse luces y elegí la música adecuada para que ese momento fuese inolvidable para todos”, señaló a TN.
“Vos sabés que la semana pasada estuve hablando con Papá Noel y le dije que necesitaba un regalo para mi abuelo. Mandámelo a General Pico, La Pampa, que se lo voy a entregar el 31 a la noche. Así que, abuelo, espero que disfrutes este regalo. Vos sabés que te quiero mucho. Esto va de parte mía. Este es un regalo pendiente que tenía desde hace varios años. Vamos a ver qué te trajo”, señaló en el video el nieto. En el registro, sonaba la canción Color Esperanza y luego comenzaron a escucharse unos bocinazos. Finalmente, el joven apareció manejando un auto, tras lo cual se bajó y le entregó las llaves a su abuelo, quien agradeció el gesto.
El nieto finalizó su relato con: “Fue un momento muy especial porque verlo sonreír a mi abuelo es hermoso. Él siempre ayudó a todos sus nietos, y se merecía una recompensa. Estoy feliz por él. Igualmente, nada de lo que pueda hacer será suficiente para agradecerle las horas de juego que me dedicó y las enseñanzas que me dejó”.
