“Me repugna esto”: Denunciante reveló estremecedor relato por red de pedofilia en Chillán

Marco Antonio Orellana fue condenado junto a otros hombres por actos de significación sexual contra una menor de edad durante más de una década en la ciudad de Chillán. Ahora, una de las denunciantes entregó su testimonio en exclusiva.

Martes 24 de junio de 2025 | 12:49

A la edad de ocho años una mujer, quien entregó su testimonio en exclusiva a CHV Noticias, fue expuesta a un espiral de maldad y oscuridad: El autor, Marco Antonio Orellana, es un profesor y teólogo adventista que diríga una red de pedofilia que involucró al menos a 19 hombres.

Con una doble vida, el sujeto sometió a la entonces menor a innumerables delitos de connotación sexual e invitó a estos individuos a hacer lo mismo grabando todo lo que ocurría. Un monstruo, como lo denomina su víctima, de quien se empezó a saber solo tras su detención.

Mientras aún hay personas en investigación, la mayoría de los partícipes de esta asociación ya fueron condenadas. Cinco terminaron su proceso judicial y están en la cárcel, pero existen otros nueve que fueron a juicio abreviado y hoy se encuentran en libertad. 

Habla denunciante de teólogo que lideró red de pedofilia

"Me repugna esto. En cualquier momento si es que yo salgo puedo encontrarme con alguien", comenzó diciendo la denunciante y víctima de esta red de pedofilia que operó durante una década en la ciudad de Chillán.

Según recuerda, Marco Antonio Orellana "decía muchas cosas para que te cautivaran, para que te conquistaran. Me decía cosas como 'eres muy linda' y siempre, de tantos halagos, decía algo para hacerte sentir mal, como 'estás muy gordita' o 'te cuesta mucho eso'".

La investigación estableció que Orellana se aprovechó de la confianza que generó con los padres de la víctima para quedarse a puertas cerradas con la niña. Enseñaba matemáticas y hubo un hecho que lo acercó más y lo hizo entrar en lo más íntimo de esa familia.

"La madre de la menor mantuvo una relación de pareja con él por varios años e incluso estuvieron viviendo con él. Orellana, aprovechando que la niña tenía 8 años, comenzó a exponerla paulatinamente a actos de significación y relevancia sexual", dijo Sergio Pérez, fiscal jefe de Chillán.

El persecutor también detalló que el autor intelectual de la red de pedofilia pervirtió "su conocimiento (de la niña) respecto a la sexualidad y lo que correspondía a esa edad, creyendo la niña que esa era la normalidad".

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El perverso método de teólogo para embaucar a su víctima

Orellana, condenado a presidio perpetuo y otros 15 años de cárcel adicionales, manipuló a la niña con un plan maquiavélico: un folleto de masajes tailandeses. Se trata de un texto creado por él y que no tenía otro fin que abusar y violar a una menor de edad.

"Me hizo hacer cosas horribles y creyendo que, en pocas palabras, estaba bien, porque él me lo hacía ver como que todo estaba bien. Para satisfacerlo a él y a muchos otros hombres igual", declaró la mujer.

Eran tres documentos, 150 páginas de instrucciones con masajes, prácticas sexuales disfrazadas de tratamientos para bajar de peso, reducción de grasa corporal o fortalecimiento de los músculos, hasta supuestos beneficios emocionales había, como aliviar el estrés.

Marco Antonio Orellana

Habla segunda mujer que tuvo clases con teólogo

En la ciudad de Chillán hay otra persona con quien se repite el modus operandi: Una niña, un cuaderno, lápices de colores e inapropiadas conductas. "Él era súper amoroso. Le gustaba mucho tocarme los brazos, hacerme cariño o masajes en la espalda", recuerda.

En su testimonio entregado a CHV Noticias, esta segunda víctima señala que Marco entró poco a poco en la familia y que logró ganar la confianza de los papás.

Sin embargo, sus padres solían hacer rondas mientras él hacía las clases para verificar que todo estuviera en orden. Este acto, asegura, hizo la diferencia en lo que pudo significar algo peor.

"Mi mamá a veces se venía a dar una vuelta y se iba para dejarnos tranquilos (...) Yo creo que si yo hubiera estado sola... yo creo que él me hubiera violado", afirma.

Cuando ella estaba en sexto básico, recuerda: "Empezó a mostrarme cosas en su celular, que hablaba con sus otras alumnas, me mostraba fotos de la víctima. Por ejemplo, en la cama y con lencería... me mostraba la foto y decía 'viste que es hermosa'". 

"Me quitaron mi infancia... ¿qué espera la justicia?"

La primera denunciante cierra su testimonio haciendo hincapié en estos nueve participantes de la red de pedofilia que tuvieron juicio abreviado y hoy se encuentran en libertad. Además, advierte, hay muchos otros que no han sido investigados.

"Ahí se ve el reflejo de la justicia", sostiene. "Ellos se olvidan que tienen hijas, sobrinas, nietas, mamás, esposas. ¿Esperan que sea abusadas una de ellas para recién hacer algo?", pregunta.

"Hay un tal Ricardo, hay un tal Marcel... hay muchos más involucrados (que no han sido formalizados), que no te imaginas. Es algo que no tiene fin y todos están conectados. Me quitaron mi infancia. ¿Qué espera la justicia?", concluye.