Sacrificios de jugadores de La Roja en sus exitosas carreras - Chilevisión
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Sacrificios de jugadores de La Roja en sus exitosas carreras

Conoce las historias tras las exitosas carreras de los crack de la selección chilena.

Viernes 24 de junio de 2016 | 11:22

Claudio Bravo, Eduardo Vargas, Gary Medel y Charles Aránguiz se han transformado en ídolos del fútbol nacional por ser una selección que ha hecho historia a punta de sacrificio. Este es el lado que no todos conocen de los crack de la selección.

Claudio Bravo es un hombre familia que publica fotografías de su familia y de su feliz matrimonio con Carla Pardo de forma constante. Si bien está dando todo de su parte para que La Roja se trasforme campeón de la Copa América Bicentenario, una enfermedad a la sangre de su hija recién nacida lo mantuvo preocupado desde el primer día y su presencia en la Copa América estuvo en duda por un momento pero se integró al plantel y si bien tuvo un comienzo de certamen con bajo rendimiento se reivindicó su nivel tapando las críticas con su talento en el arco.

Eduardo Vargas es el goleador de la selección chilena en el torneo, y está en el ojo de cada equipo que juega contra Chile, sin embargo comenzando la Copa América Bicentenario, su madre sufrió un infarto de la cual se recuperó sin más contratiempos, hecho que preocupó al jugador que está lejos de nuestro país, y que cada gol que convierte se lo dedica a su madre.

Charles Aránguiz sufrió la ruptura del tendón de Aquiles que lo dejó fuera de las canchas por meses y con una dura recuperación. Pero el príncipe logró regresar con goles en el segundo partido que disputó en la liga Alemana y con un destacado desempeño en el medio campo de La Roja en Copa América. Si bien estuvo el miedo de que la lesión dejara secuela, su recuperación lo tiene en el gran nivel con el que lo vemos jugar.

Gary Medel es el rey de la defensa de La Roja, su pasión y buen juego lo ha transformado en la muralla antes del arco de Claudio Bravo. Pero todo el éxito es gracias a su humildad inculcada desde su infancia. El pitbull carga con la espina de la poca relación con una de sus hijas. Es padre antes que jugador, y es un sentimiento que lleva consigo silenciosamente.

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